Tras una semana en la que he estado pensando qué resaltar del partido disputado
entre Ranero y R. Murcia, por fin me he decidido a hacerlo.
Durante esta semana he estado pensando en la cara de tonto
que se me queda siempre tras jugar con el R. Murcia. Son ya tres los partidos
de las dos últimas temporadas en las que perdemos por un gol de diferencia y el
último siempre encajado en las postrimerías del partido, sin tiempo de reacción.
La explicación, quizás por despecho, era siempre: ¡macho, que flor tienen!. Me recuerdan la
flor que tenía el Barça de Cruyff, que ganó tres ligas seguidas en el último
momento y porque Madrid y Depor fueron incapaces de ganar su último
partido. Pero claro, eso no sólo no
basta. Si el Barça no hubiese ganado su último partido, Madrid y Depor hubiesen
sido campeones.
Ahí está la explicación. Suerte y trabajo.
§ Suerte
tuvieron, marcar el primer gol de un tonto penalti (muchos así no se pitan), empatar en dos
ocasiones casi a continuación de ponerse por detrás en el marcador y marcar el
gol del triunfo en el tiempo añadido del añadido, también es suerte. Pero así
fue el Madrid campeón de Europa y el Atlético de Madrid, por dos veces, se dejo
escapar la gloria.
Trabajo
también pusieron. Empujaron todo el partido, lo controlaron y lo dominaron
y al final la balanza se inclinó de su lado. Pudo no haberlo hecho, es cierto,
pero lo hizo… Si se hubiesen desanimado, si hubiesen dejado de empujar… no lo
hubieran conseguido (ya decía Picasso que la inspiración sólo es útil si te pilla
trabajando).
¿Cuál fue el mérito
del Ranero? Pues ese, obligarles a trabajar, a esforzarse hasta el final…
Porque si algo hizo también el Ranero fue trabajar, dar el callo, sobreponerse
a las dificultades, aprovechar sus ocasiones (esta vez escasas pero bien aprovechadas), no
desilusionarse con el penalti, trabajar pese a no disponer del balón, no
desmoralizarse con cada empate y seguir peleando…
¿Qué nos faltó? Quizá
un pelín de suerte o tener enfrente un equipo menos competitivo y más endeble
de moral…
Pero a mi modo de ver la pregunta es ¿que nos sobró?:
+ Lo obvio, un minuto… un minuto menos … ¡Vaya lo
que dan de si 60 segundos bien aprovechados”.
+ En lo futbolístico creo que saber dormir el
partido, desesperar el rival, darles la sensación de que el partido con 3 -2 y
a falta de 20 minutos estaba casi acabado.
¿Cómo? Muy fácil, mediante pequeñas
y continuas faltitas para romper el ritmo de juego y adormecerlo, no darle continuidad, dejarse
caer, demorar los saques de banda, de esquina, de falta, recibir atención, hablar con el árbitro y los rivales… En suma, lo
que nos hizo la UCAM a nosotros durante 70 minutos en los dos partidos que nos
gano y que nos desesperó.
Pero ¿es eso lo que
realmente queremos?...
Durante una semana y con la decepción del resultado
eso es lo que creía que debíamos haber hecho. Hoy, con la tranquilidad que da
la distancia, teniendo en cuenta la edad de los chavales, que en realidad no
nos disputamos ni ascenso ni descenso, creo que fue hermoso poder ver un
partido de 80 + 6 minutos disputado con entrega y coraje por dos equipos que
aman el fútbol y que, cada uno a su modo y con sus fuerzas, querían ganar.
Por todo ello, “gracias chavales por no cegaros con el resultado" "gracias por dejarme ver un partido
completo”, “gracias por vuestra entrega y generosidad”, “gracias por querer
jugar al fútbol”.. , y “mil gracias más” de un padre que estuvo equivocado y
que hoy os está muy agradecido.
LO MEJOR:
-
La entrega y el sacrificio
-
Por fin funcionó la estrategia, los tres goles de jugada a balón parado.
-
Dos goles más de Rubén (ya 26) y otro de Cobos (ya 17)
-
Un par de intervenciones de Germán.
LA ANÉCDOTA:
-
Alguien olvidó apagar la calefacción,
especialmente la subterránea… “Hay que ver como acabaron las plantas de los
pies de algunos”… ¿Verdad Rubén? ¿Verdad Miguel?...
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